foto realizada por el autor en agosto de 2014 en el desfile de moda en El Puerto de Santa María
Ser y Estar, no es la misma cosa.
Ser y Estar, no es la misma cosa.
Ser es el Yo interior, el
alma, la consciencia. Es ser consciente de lo que haces, lo que ves, lo que sienten cada uno de tus
sentidos.
Estar es el lugar donde se halla tu cuerpo, tus
pensamientos, tus sueños.
Cuando una persona te
habla pero no la escuchas porque tu mente está en otro sitio, estás con ella
pero no eres tú, no eres consciente de lo que dice. Tu Ser es el que despierta en el momento en que
te das cuenta de que no has prestado atención y temes que te haga una pregunta
sobre lo expuesto y no sepas responder.
Por ejemplo:
Has dejado el fuego encendido con la olla puesta y sales un
momento para comprar el pan. Son solo
cinco minutos y puedes permitírtelo sin temor. Pero en el camino te encuentras
a tu vecina que viene de pasar unas vacaciones en Canarias y comienza a
contarte historias maravillosas. Tú estas concentrada en lo que te cuenta,
calculas las posibilidades que tienes de hacer ese mismo viaje, si pides un crédito
o no, cómo lo vas a pagar... No eres tú, es tu mente quien te domina. De pronto
escuchas una voz en tu interior: ¡Te has dejado el fuego encendido!
Ése es tu Yo, tu Ser que te saca del ensimismamiento. Y
sales corriendo y llegas a tiempo de apagarlo. Tú Estabas
enganchado a esa vecina, no Eras.
Has sido al tomar consciencia del
peligro.
Pasas cada día
delante de un monumento desde hace treinta años y un día te das cuenta de que
tiene una leyenda grabada. Te preguntas ¿Cómo no la había visto antes? Eso sucede porque cuando pasabas delante estabas inmersa en otros pensamientos o preocupaciones, o
hablando por teléfono, y no percibías lo que había a tu alrededor, ni siquiera
te dabas cuenta de que habías pasado junto al monumento. Estabas, pero no eras
consciente.
La mayor parte del día y la noche
No Somos, Estamos; nuestra mente
está atrapada por los pensamientos, sueños y deseos.
Realizamos
nuestras tareas mecánicamente, a veces pensando en otra cosa. Vamos conduciendo
y parece que el coche conoce el camino, pues más veces de lo que debiéramos
vamos distraídos escuchando una canción o pensando en algo ajeno a la
conducción. Ni siquiera nos damos cuenta de lo que pasa al lado, y cuando
llegamos al lugar adonde nos dirigíamos
no recordamos nada de los árboles, casas, ganado o paisaje que han pasado
delante de nuestros ojos. Hemos estado conduciendo inconscientemente. No hemos
sido. Ser es apreciar y valorar lo que pasa en el
instante presente, sin dejarse distraer
por los recuerdos o los problemas. Vivir el presente sintiendo las sensaciones
de nuestros sentidos permanentemente.
Esta mañana, como hago habitualmente, he paseado por la playa junto a cientos de
personas. La mayoría pasaba a mi lado sin fijarse en mí, sin verme a pesar de
que me miraban: iban escuchando música con los auriculares o hablando con
otros, o simplemente pensando. No Eran, sólo Estaban.
Eso es vivir el presente, es SER. ¿Veis la diferencia?
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